Hola. No tengo entrada triunfal (lo siento). Sólo escribiré (así como cuando se respira) y lo adornaré con una sonrisa; la misma que me produjo ver un árbol esta mañana.
Un árbol todo de amarillo es como un árbol todo de rojo, blanco, lila o todo de rosado, sólo que éste es amarillo, pero todos ellos encierran cierta magia (sin ofender a los verdes). Son como un ramo de flores gigantes (sólo para aquéllos de mentes -sí, y "dementes" también- y corazones gigantes!). Creo que es la primera vez que veo un árbol amarillo (por lo menos a conciencia y que lo recuerde); apareció en mi vida con sorpresa y me hizo querer regresar a él (ella?). Lo vi y no pude contener un suspiro y sonrisa. Sus flores, cuales delicados destellos de luz solar, irradiaban vida y calor. Y, como por cosas de la vida, sus flores harían un excelente contraste con un cielo gris (que no era el caso, porque hoy estaba celestito y bonito). Pero si hubiese un cielo gris, resaltarían entre la oscuridad, melancolía y tristeza que producen los nubarrones. El árbol amarillo es alegría, aún cuando todo está oscuro.
En fin, lo vi sólo por unos segundos, más tarde lo recordé y quise ir a verlo, pero esta vez llevé un amigo para el árbol amarillo (algo así como una... ¿ofrenda?). Creo que era un amigo imaginario porque, para mi sorpresa, no cuestionó los motivos para ir exclusivamente a ir a ver un árbol amarillo, en plena ciudad y tomarle fotos. Mi "imaginario", no sólo pasó por alto el interrogatorio, si no que hizo el breve momento aún más especial. Siempre supe que el árbol amarillo traería cosas buenas y, desde luego, jamás dejaría que se acercaran aquéllos que no creen en su magia. En fin, el momento fue breve, diferente y mágico.
Mis motivos (si es que los debe haber, porque hay cosas en la vida que simplemente SON, sin motivos): verlo a conciencia, congelarlo en una foto y así poder escribir sobre él y esa sensación de júbilo. ¡Qué bien!, porque hace unos días quería escribir pero la inspiración estaba de pelea conmigo y decidí esperar por ese momento en el que surge una sensación de explosión en el pecho, en la mente, en las manos y TIENES que explotar y escribir. Así fue cuando lo recordé; sentí la fuerte necesidad de tener una foto y escribir sobre aquél Tabebuia.
Si lo vuelvo a ver o no, no viene al caso, ya que, produjo varios momentos agradables en este día (y una vez leí una frase: "no es el tiempo que una persona se quede en tu vida, si no la intensidad de los momentos") y creo que así es la vida: cuando te dejas llevar un poco por la corriente de tus sentimientos e intuición, te regala momentos de felicidad como premio por ser quién eres, sin tomar tan en serio el qué dirán, qué pensarán y otros prejuicios.
Amarillo, color del optimismo, felicidad, iluminación y aquél que trae la promesa de un futuro (o más bien un PRESENTE porque el pasado ya se fue y el futuro ni ha llegado) positivo. Plantemos una semilla de árbol amarillo en nuestras vidas para que crezcan todas esas cosas bonitas que produce este color en nuestras almas. La vida es ahora y si quieres ir a visitar a un Guayacán, sin más razón que el placer propio, pues HAZLO y sé feliz, porque ésto sólo de ti depende.
Por cierto, mientras escribía, ¡otra sorpresa!... y llega a mí, una canción bastante adecuada para esta nota :-) (ver link). Comenta esta nota AQUÍ.
Mis motivos (si es que los debe haber, porque hay cosas en la vida que simplemente SON, sin motivos): verlo a conciencia, congelarlo en una foto y así poder escribir sobre él y esa sensación de júbilo. ¡Qué bien!, porque hace unos días quería escribir pero la inspiración estaba de pelea conmigo y decidí esperar por ese momento en el que surge una sensación de explosión en el pecho, en la mente, en las manos y TIENES que explotar y escribir. Así fue cuando lo recordé; sentí la fuerte necesidad de tener una foto y escribir sobre aquél Tabebuia.
Si lo vuelvo a ver o no, no viene al caso, ya que, produjo varios momentos agradables en este día (y una vez leí una frase: "no es el tiempo que una persona se quede en tu vida, si no la intensidad de los momentos") y creo que así es la vida: cuando te dejas llevar un poco por la corriente de tus sentimientos e intuición, te regala momentos de felicidad como premio por ser quién eres, sin tomar tan en serio el qué dirán, qué pensarán y otros prejuicios.
Amarillo, color del optimismo, felicidad, iluminación y aquél que trae la promesa de un futuro (o más bien un PRESENTE porque el pasado ya se fue y el futuro ni ha llegado) positivo. Plantemos una semilla de árbol amarillo en nuestras vidas para que crezcan todas esas cosas bonitas que produce este color en nuestras almas. La vida es ahora y si quieres ir a visitar a un Guayacán, sin más razón que el placer propio, pues HAZLO y sé feliz, porque ésto sólo de ti depende.
Por cierto, mientras escribía, ¡otra sorpresa!... y llega a mí, una canción bastante adecuada para esta nota :-) (ver link). Comenta esta nota AQUÍ.
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- Leilani