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03 abril 2012

Atreverse a Volar y Fluir Para Aprender

miedo
  1. Sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal,sea real o imaginario.
  2. Recelo de que suceda lo contrario a lo que se espera o desea.
¿Cuántas veces sientes miedo en un día?
Hace unos días salté de un avión a una altura aproximada de 10,000 pies. Creo que nunca había sentido tanto miedo como cuando me vi sentada en la pequeña puertita de la avioneta, con muchas nubes en forma de algodón de azúcar al alcance de mis manos y una vista chiquitita de todo lo que había dejado atrás -o abajo- en la tierra. Pero, antes de eso, mientras subíamos, lo más inmenso fue el mar y la sombra de las nubes reflejadas en él. Aún lo recuerdo, tan pasivo y absoluto. Cuando lo ves desde arriba, sin ventanas de los típicos de aviones de las aerolíneas como barrera, reconfirmas que la Tierra sí está hecha en su mayoría de agua. Cuando llegamos a la altura deseada, casi enseguida, saltaron dos skydivers expertos y me vi sentada ahí, cabeza levemente inclinada hacia atrás, aspirando/exhalando y sabiendo que me dejaría caer al vacío en cualquier momento... 3... 2... 1... ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! ¡Pero en la vida real ni siquiera hubo cuenta regresiva!

















¡Soy más cool que un pájaro!
¡No puedo creer que ya salté! Tengo los brazos cruzados en el pecho. "¡No cierres los ojos! ¡Ok. Todo da vueltas!" Veo el avión, las nubes, el cielo, la tierra en miniatura acercándose a toda velocidad a mi. "Respira. Manten las piernas quietas", "no te muevas tanto. ¡¡¡No vaya a ser que un mal movimiento haga que te safes del instructor... y entonces sí!!!". "Estamos frenando... ¡frenamos de golpe! Ok. Ya abrió el paracaídas... aún no me he muerto." Y entre gritos y respiración profunda para mantener la cordura, cuando pude hablar, sentí que él estaba ahí, sonreí y le grité: "¡Papáaaa, te lo perdisteeee!". Y después volé... Pensé que la parte del paracaídas era lo más relax, pero hay tantas emociones que, en mi caso, seguí sintiendo miedo, pero, aún así, abrí mis brazos y VOLÉ. Volar es increíble. No hay nada arriba, no hay nada abajo, ni a los lados. Estás rodeado por aire; es lo único que te sostiene y sentí cierto miedo al saber que no había nada que me salvara de, por lo menos, una buena fractura si el viento decidía soplar más fuerte y mandarnos volando a la China. Volé a merced del viento y del destino. Volé por encima de los pájaros... Me pareció interesante recordar cómo, desde la tierra, los vemos volar "tan alto" y que ahora yo estaba muuucho más alto que ellos; ¡eran sólo unos puntitos! ¡Já! Por ese momento, fui más cool que ellos ;)

Muy agradecida por mis nalgas
Creo que tenía rato de no sentir una contentura tan rica como la que sentí cuando vi la pista de aterrizaje del aeropuerto de Chame. El viento soplaba fuerte, se nos dificultaba bajar y, mientras seguía con los brazos extendidos jugando a ser pájaro o avión, sólo pensaba en lo mucho que quería a la gente que me esperaba alla abajo, en la pista. "Sube las piernas como te enseñé", dice Eloy, instructor de skydiving y compañero de vuelo, seguido de un "¡PAM!", ¡caímos de nalga! "¡QUÉ FELICIDAD! ¡Estoy en TIERRAAAAAAAAAA y no me morí! ¡Gracias Dios!... ¡Tengo que gritar más! ¡Tengo que correr!"
adrenalina
  1. f. fisiol. Hormona segregada principalmente por la médula de las glándulas suprarrenales, que aumenta la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la cantidad de glucosa en sangre.
  2. Nerviosismo, exceso de tensión acumulada.

Ser valiente no es la ausencia de miedo, pero la capacidad de actuar aún cuando sientes miedo.
¿Cuántas veces actúas aún sintiendo mucho miedo? ¿Cuántas veces dejas que el miedo triunfe sobre tus acciones y tus sueños? Una de las cosas que reforcé con esta experiencia es que siempre siento miedo y que le tengo miedo a casi todo, pero el miedo es una condición mental temporal y que lo que viene después -ese sentimiento de triunfo y gloria al haber vencido el miedo y logrado una meta- es algo sublime, demasiado bueno como para perdértelo a causa de un juego mental.

Por cierto, sigo pensando que en situaciones extremas como lanzarte de un avión, subir una montaña, etc. es cuando queda al descubierto el verdadero YO. El disfraz de ser humano civilizado se va volando y queda la personalidad en carne y huesos, totalmente desnuda. Es importante que analicemos las reacciones y comportamientos propios para poder corregirnos; descubrir nuestras fortalecas y debilidades. La mayoría de las lecciones importantes de nuestras vidas se aprenden cuando dejamos que las cosas fluyan. Para que fluyan, a veces, lo mejor es ¡lanzarte! Lanzarte a cumplir tus sueños, lanzarte a decir lo que sientes. ¡Lanzarte a amar, a vivir, a aprender!

Nota importante: para todo lo que escribo, aplica la famosa "regla de oro" :)

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- Leilani