Entre muchas otras cosas, creo que la muerte nos enseña a no ser egoístas; a pensar en el bienestar del que se fue, a entender que ya había cumplido su corta o larga misión en la Tierra.
Hace poco, vi la película "Hugo", donde resaltaron la analogía del mundo como un gran mecanismo y cómo todos somos piezas necesarias en este gran mecanismo. Si estamos aquí, es porque el mundo nos necesita de alguna u otra forma, pero también llega el momento de partir.
Hoy, mientras recuerdo a mi papá en su aniversario de muerte y lo que hubiese sido el día de su cumpleaños, pienso que todos debemos "dejar ir" a nuestros muertos. Ellos ya cumplieron su misión. Ya, por cosas del destino, debieron partir a otro lugar para luego, según mis creencias, continuar otras misiones, otras tareas, otras vidas. El dolor del desapego es grande, pero la muerte es lo único seguro en esta vida. La muerte de nuestros seres queridos nos prepara para la muerte propia.
Hoy, te recuerdo papá y estoy feliz de que hayas transicionado a un lugar mejor. Sé que, donde estás, no te limita la carne, ni el tiempo, ni el espacio. Sé que, donde estás, estás mejor que en esta Tierra ingrata, donde no quedaba nada para ti, mas que sufrimiento y desgracia. La buena noticia: el amor es infinito, el amor no muere. El amor que rodea a nuestra familia es eterno.
Gracias, padre, por todo tu amor, por amarme y compartir enseñanzas y tantos momentos buenos.
"Tú me ayudaste a llegar. Yo te ayudé a partir."
Gracias Leni por ser como eres..por el amor, el cariño que le diste a tú papá en vida. Él donde este sigue cuidandote a tí y a Mundo como lo hizo en vida.
ResponderEliminarTU MAMA.