En un universo infinito, dentro de su galaxia, rodeado de planetas y estrellas, el sol recapacita. Y, aunque solo, parece que le hablara a alguien más, pero no logro decifrar a qué o quién.
Mirando a lo lejos, inicia este monólogo sin sentido: "Creo que la oscuridad que te envuelve me ayuda a brillar con más intensidad. Dicen que una no podría existir sin la otra".
Hace una pausa, como para darse tiempo de aprender lo que va diciendo. Continuó: "Creo que tu actitud sombría me intriga y me reta; como a quien se propone a arreglar algo que está dañado".
"Creo que nuestros lados oscuros --el tuyo más amplio, el mío medio apagado-- se atraen como magnetos, como el ying y el yang. Nunca coinciden y, por lo tanto, se complementan".
"Creo que tienes un cierto aire que me intranquiliza y pienso que siempre hay dos caras en una moneda: el que posee y el que le pertenece".
"Creo que si pudiera verte y materializarte te vería como algo que se envuelve en una bruma de misterios, en un paisaje nublado que quiero aclarar... Que voy a aclarar... O que, al final, me envolverá en esa bruma sombría y espesa que se ha cruzado en mi camino".
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- Leilani