Atrapada entre dos mundos; uno muy temprano, el otro muy distante.
Aprisionada en un mundo extraterrestre junto al Terminator, mi paisano. A veces, cuando en la noche corre brisa y la luna está llena, nos reunimos con un par de tragos de color verde -que brillan en la oscuridad- a hablar nostalgias de un hogar que sabemos que existe, según nos han contado, pero que no conocemos. Terminator es mi amigo. En un hábitat que no es el propio, un paisano pasa a ser un amigo, hermano, compañero, familia.
Floto en la neblina de los sueños sin identificar. Es espesa y gris -¿o acaso es smog?- y huele a sauna. ¡La humedad, el sudor, la angustia! El tiempo perdido. Tanto calor debilita. En nuestro planeta -el de Terminator y mío- no hace tanto calor... por lo menos, eso soñamos y eso dicen.
Nada tiene sentido cuando flotas en la neblina con olor a sauna. Ella te carga mientras tú sólo flotas, sudado y ensopado, demasiado aturdido para planificar tu rumbo. Quisiera saber cuál es el mejor sueño para mi para, luego, soñarlo. ¿Cuáles son las raíces de un sueño? ¿Por dónde empezar? Creo que se debe empezar por comer pesado y dormir. Dicen que esto sólo causa pesadillas, pero los sueños más creativos se sueñan después de un plato de porotos y un vaso con leche a las 11:00 p.m.
¡Los locales de este planeta son tan diferentes a Terminator y a ti! Ellos hablan otro idioma, te miran extrañados. Debes pretender, pasar desapercibido y camuflagearte; recuerda que estás entre dos mundos y que no perteneces a ninguno.
¡Gracias por la info y por pasar por mi blog! Saludos,
ResponderEliminar