En casa hay un arbolito de navidad grande y bien bonito, porque "esta podría ser la última Navidad", según mi papá. "Así es. Esta podría ser la última Navidad para cualquiera", le respondí. Nuestra conversación termina.
La conversación lleva días dando vueltas por mi cabeza y me ha hecho analizar la manera en que vamos por la vida, pensando que lo tenemos todo asegurado, cuando nada es seguro, sólo lo que vives ahora.
En estas vísperas de Navidad reforzaré mi actitud de vivir intensamente y saborearé cada momento de vida, porque no sé qué me espera al segundo siguiente. Apartaré el dolor y la tristeza, productos de cualquier pensamiento negativo, y sonreiré, daré lo mejor de mí y seré quien soy, sin tapujos, ahora.
Miedo? Sí hay. Lágrimas, a veces. Pero todo forma parte de esta lucha interna que nos empuja a abrir los ojos ante la realidad. Deprimirte; para qué? Estar negativo; para qué? Esto no solucionará nada. No cambiará las situaciones. Y si estar triste y deprimida no cambia nada, escojo estar feliz y posivita.
Son los momentos difíciles los que abren los ojos del alma. Son estos momentos los que forjan los caracteres y nos convierten en guerreros de la vida, que pierden o ganan. Y no puede ser de otra manera; soy una guerrera y vine a ganar.
Son los momentos difíciles los que abren los ojos del alma. Son estos momentos los que forjan los caracteres y nos convierten en guerreros de la vida, que pierden o ganan. Y no puede ser de otra manera; soy una guerrera y vine a ganar.
Publicado desde el blog "Momentos" www.leilanigonzalez.com.